sábado, 20 de mayo de 2017

Reseña: La Mano Izquierda de la Oscuridad

Sinopsis
   «Escribiré mi informe como si contara una historia, pues me enseñaron siendo niño que la verdad nace de la imaginación.» Así comienza su relato Genly Ai, enviado al planeta Gueden, también llamado Invierno por su gélido clima, con el propósito de contactar con sus habitantes y proponerles unirse a la liga de planetas conocida como el Ecumen. Los guedenianos tienen una particularidad que los hace únicos: son hermafroditas, y adoptan uno u otro sexo exclusivamente en la época de celo, denominada kémmer. En Invierno, Ai conoce a Estraven, un alto cargo que le mostrará cuán diferente puede llegar a ser una sociedad donde no existe una diferenciación sexual.

Reseña
   Bueno, bueno, bueno. Pues aquí estoy, meses después, libre de bachiller y con otro libro del que hablaros. Y este es, probablemente, el más diferente al resto de libros sobre los que he hecho una reseña. También hay que decir que me he llevado una sorpresa bastante grata con él, precisamente porque al ser un estilo tan diferente del que estoy acostumbrada, no sabía si me iba a llegar a gustar. 
   Y, bueno, lo cierto es que durante la primera mitad del libro me pareció hasta algo aburridillo, como que le faltaba acción. Y luego, de repente, no sé exactamente cómo ni cuándo, le cogí el gustillo al libro y, no solo comprendí toda la primera parte que me había parecido algo extraña al principio, sino que me sentí bastante tonta por no haberlo valorado desde la primera página. 
   Porque madre mía. 
   No voy a poner ningún extracto porque creo que las partes que debería poner son demasiado largos o perderían la profundidad del mensaje por estar sin contexto. Así que, en lugar de eso, voy a empezar ya a comentar las partes más importantes de esta maravilla.

   Para empezar, os pondré en situación. Voy a decir bastante pocos nombres porque son raros hasta decir basta pero, eh, al menos me sé el de los dos protagonistas. 
   Uno de ellos, Genly Ai, ha sido enviado al planeta Invierno, o, como los habitantes lo llaman, Gueden. Y no, los otros planetas no lo llaman Invierno porque sea algo poético o al azar, sino porque las temperaturas allí no llegan a los diez grados en verano. Genly está ahí en una misión, que es convencer a la gente de ese mundo de que se una al Ecumen, un grupo de planetas que son una especie de comunidad, que facilita el comercio y la comunicación entre ellos. 
   Pero eso no es tan sencillo en un planeta en el que ni siquiera se creen que haya aparatos capaces de volar, porque ni siquiera hay aves. 
   Y allí conoce a Estraven que es, si no me equivoco, una especie de ministro o consejero del rey del país en el que primero entra, y en el que llega a vivir durante dos años. Pero las relaciones en ese mundo no son iguales que en su planeta, y Genly se encuentra con situaciones que no llega a entender muy bien, sin que el resto siquiera se dé cuenta de que no entiende, y que le ponen en bastante peligro. 
   A partir de ahí, Genly parte en varios viajes, tanto por haber sido exiliado como por haber sido secuestrado y forzado a trabajar en una granja en la que el peligro no es la violencia, sino el frío. Mientras, Estraven aparece sin saberse muy bien de qué bando está, y no es casi hasta la mitad del libro que esto se descubre y empieza el verdadero viaje. 

   Lo primero que destaca del libro es que da frío. En serio. Tiene unas descripciones tan blancas y grises, y a la vez tan oscuras y apagadas, que el frío prácticamente sale del libro y llega casi hasta a incomodar y a hacerte pensar "¡Por Dios, que alguien encienda la calefacción de una vez!". 
   Y sí, cada vez que un libro me hace sentir algo así, incluso aunque la sensación no sea agradable, siempre me gusta. 
   
   Otra de las cosas que más me gusta y me desconcierta del libro son los personajes. Como explica la sinopsis, Gueden es un planeta en el que todos los habitantes son hermafroditas y, una vez cada veintiséis días (si no recuerdo mal), entran en kémmer, que sería una especie de celo. Todo esto es bastante confuso durante todo el libro, porque, por lo menos yo, tiendo a pensar en ellos como hombres, y me cuesta mucho imaginarme a un ser humano que sea a la vez hombre y mujer, a pesar de que en varias descripciones menciona rasgos claramente femeninos. 
   Además, las costumbres son bastante diferentes allí, y durante casi todo el libro no hay apenas ninguna muestra de cariño o broma. Esa es una de las cosas que, aunque no me ha gustado demasiado, tienen sentido. Ya que es como si el frío les hubiera dormido: nunca ha habido una guerra en el planeta, pero tampoco hay nada más que frialdad y distancia entre ellos mismos. Es un ambiente bastante sobrecogedor, y no sé yo si querría ir a ese planeta para algo más que unas vacaciones por curiosidad. 
   Sin embargo, las relaciones que cuenta son bastante interesantes, y me encanta cómo le ha quedado eso de que los dos sexos estén en cada persona. Al principio es raro, pero luego como que se acepta y se entiende por qué son y por qué actúan como lo hacen. Y, al final, parece que todo encaja tan perfectamente, que te quedas con esa sensación que yo tanto adoro en los libros de "nada podría haber ido de otra manera". 
   Y no puedo dejar de mencionar la manera en la que está narrado. Ya que entrelaza capítulos extensos contados en primera persona por Genly, con una especie de fábulas o cuentos o historias de la tradición del propio planeta, con una escritura estilo diario por Estraven. Me ha encantado tener que descubrir quién escribía qué en cada capítulo a veces, me parecía un buen reto. 

   He de decir que no es un libro ligero. Cuesta bastante meterse bien en el libro y que te "absorba", pero cuando por fin se consigue entonar con la sintonía del libro, es hasta reconfortante de alguna manera extraña. 
   Además, otro de los aspectos que no lo hacen fácil es el hecho de que no hay humor, ni tampoco una acción rápida. No hay monstruos, no hay guerras, no hay amenazas ni peleas. Es todo muy diplomático, tan diplomático como puede llegar a ser la política, en el fondo. Pero, como todo en el libro, una vez que te haces a ello, se pasa bastante bien. 

   En realidad, no hay mucho más que decir del libro sin hacer ningún spoiler. Tiene una acción lenta, pero no se hace lento (bastante curioso, ahora que lo pienso). Lo recomendaría muchísimo porque me ha encantado y es un libro para reflexionar, sí, sobre ese gran tema candente que es la igualdad de sexos que está literalmente en este libro. 
   En conclusión, si quieres un buen libro, y no uno tan solo para pasar el rato, sino que te haga pensar y en el que tengas que esforzarte para entender lo que quiere contarte de verdad, este es tu libro. 

   Y con esto me despido por ahora. ¡Disfrutad!

P.D.: no podía olvidarme de Chris Cornell. R.I.P.